El secreto de un abuelo a su nieto

Esta es la historia de Antonio, un anciano, abuelo de Toni, con el que pasaba la mayor parte de sus días, jugando al parchís, dando paseos o, simplemente, charlando sobre multitud de temas y cotilleos. Además, tenían la costumbre de que Antonio leyera cada día mínimo una historia de un viejo libro que él seguía guardando con mucho cariño.

Al cabo de los meses, las historias de ese libro terminaron, dejando a Toni con ganas de continuar con esa hermosa tradición, a lo que su abuelo le comentó:

-No te preocupes Toni, aún guardo otro libro con historias incluso más interesantes.

-¿Dónde guardas ese libro? – preguntó Toni.

El abuelo esquivó la respuesta y se quedó callado, por lo que su nieto no volvió a preguntar por ese libro.

Al poco tiempo, el abuelo falleció sin contarle dónde se encontraba el libro, lo que ocasionó aún más rabia y desesperación en el joven, pues además de haber perdido a su abuelo, había perdido también la posibilidad de poder leerlo.

Todas las noches lloraba anhelando los momentos vividos con Antonio, ya que tenían una relación muy unida y especial, hasta que una de esas madrugadas su abuelo apareció en sus sueños y le dijo:

-Perdón nieto mío, por haberme marchado sin decirte dónde se encontraba el libro, por ese motivo he decidido aparecer aquí para explicártelo. ¿Recuerdas la habitación en la que yo dormía? Bien…pues a la derecha había aparentemente una puerta falsa, que se puede abrir con una llave que guardaba en el primer cajón de mi mesita de noche. No era capaz de responder cuando me preguntabas por este libro, y considero que ahora es el momento de ser sincero. En el vas a encontrar anécdotas de mi vida en mi época juvenil no tan buenas…ya que cometí bastantes errores que me hicieron perder cosas muy valiosas. Aunque me sirvió de experiencia, no me sentía orgulloso por ello, por lo que no quería que te enteraras. Ahora, pienso que lo mejor es que lo leas y puedas tomar de referencia esos consejos para no cometer los mismos errores.-

A la mañana siguiente, Toni salió corriendo nada más despertarse para comprobar si lo del sueño había sido real y, efectivamente, había una puerta que no era falsa, una llave para abrirla y el libro con esas anécdotas. Ahora el joven, pasaba las noches leyendo y releyendo las historias de su abuelo, teniendo en cuenta sus consejos y aprendizajes y callando el secreto.

REFLEXIÓN:

“Muchas veces nos enfadamos con nuestros seres queridos, porque nos dan consejos sobre la vida y pensamos que no nos ayudan en nada, pero con el tiempo, y a medida que creces, te das cuenta que todo lo que decía tu madre, tu padre o tus abuelos era totalmente cierto y lo hacían desde el cariño y el amor, para que tú no sufrieras como ellos lo hicieron.”

FIN