Una catástrofe invernal

En el norte de Guadalajara, vivía un pastor llamado Andrés procedente de una familia pobre y con escasos recursos. Había invertido todos sus ahorros en su querido y tan preciado rebaño que llevaba cuidando como un tesoro desde hacía un par de años.  

Un día como otro cualquiera, decidió salir al campo a pastar a su rebaño puesto que, era la única forma de que se alimentaran. Pero Andrés tenía mucho miedo de que el tiempo empeorara. Se estimaban temperaturas gélidas y hacía pocos días que habían esquilado a sus ovejas para vender la lana.  Temía que pudieran pasar frío.

Andrés le contó con mucha preocupación a su mujer sobre el peligro existente de sacar al rebaño y exponerlo a lo peor. No podía perder lo más importante y su única fuente de ingresos del hogar. La mujer, asustada también apoyó su decisión, aunque con miedo, pero sus animales debían comer.

Antes de que empezara a amanecer, el pastor salió con sus ovejas. La mala suerte quiso que comenzara a nevar con fuerza cuando ellos estaban en mitad de la montaña, aumentando mucho más su miedo y el pensamiento de que sus ovejas podrían morir heladas de frío.

Al pasar las horas y tras la persistencia del mal tiempo, su mujer decidió dirigirse al pueblo en busca de ayuda. Necesitaba saber cómo y dónde estaban su marido y su rebaño.

El hombre se encontraba totalmente desolado, no sabía qué hacer, se sentía atrapado. Pero cuando ya lo daba todo por perdido, escuchó a lo lejos unas voces bastante conocidas que gritaban al unísono su nombre.  

Andrés y su rebaño fueron rescatados gracias a la voz de alarma de su mujer tras ver que no volvía a casa. Ya más recuperado en casa, seguía abrazando cada día a su esposa y agradeciéndole constantemente que le hubiera ayudado. Sin su ayuda nada de eso hubiera pasado y el desenlace sería muy distinto.

REFLEXIÓN:

“A veces no podemos gestionar todas las cosas nosotros solos y no pasa nada, hay que aceptarlo y pedir ayuda. En esta historia, de no ser así, la mujer seguramente se hubiera perdido en el camino y ninguno de los dos hubiera sido encontrado.”

FIN