Custodiando un castillo
- José Luis García
- 12 may
- 2 Min. de lectura

La historia se sitúa en época medieval, donde un dragón custodiaba, desde más de una década, uno de los castillos más emblemáticos de la ciudad. Ahuyentanba a todo aquel que intentara acercarse al castillo, provocando así el miedo entre toda la población.
Les era imposible derrotar al dragón, incluso intentándolo hasta el más valiente con las mejores armaduras y con los mejores caballos. De repente, uno de esos días, apareció un hombre que aparentemente no se asemejaba a un gran caballero, pues portaba una especie de carreta con una vieja mula. El hombre preguntó:
-¿Cuál es el problema?, ¿Por qué se encuentran todos abatidos?
Después de informarle sobre la situación, sin pensárselo dos veces exclamó:
-¡Yo soy la solución a todos vuestros problemas!, ¡Pues me recordaréis como el hombre que pudo derrotar al temido dragón!
Este entró a su carreta y al poco tiempo salió con una especie de vestimenta, ocasionando las carcajadas en el ambiente, pues nadie se podía creer lo que estaban presenciando. No obstante, sin prestar atención a los comentarios, se marchó hacia donde se encontraba el dragón.
-¡Pero muchacho, si vas a salir más quemado que un trozo de madera! –decían los allí presentes.
Al cabo de unos minutos, escucharon un gran rugido y tenían la certeza de que el hombre había sido derrotado. Sin embargo, y para sorpresa de todos, pudieron observar que este se encontraba en perfecto estado. El dragón salió volando lejos de ese lugar y las risas dejaron de sonar. Nadie supo cómo pudo hacerlo, ni los mejores caballeros ni con las mejores armaduras pudieron conseguirlo, al contrario, este hombre portando unas malas vestimentas lo había conseguido.
-A pesar de que ninguno de vosotros ha creído en mí, he demostrado ser mucho más inteligente que vuestros falsos prejuicios, aun así, estaré encantado de venir si requerís de mi ayuda en otro momento. –concluyó el hombre.
REFLEXIÓN:
“Juzgar a alguien por su apariencia es un error que solemos cometer diariamente. Sin embargo, la apariencia no refleja la personalidad y el carácter real de la persona.”
FIN
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