Un burro muy tozudo
- José Luis García
- 28 sept
- 2 Min. de lectura

En un lugar retirado del pueblo, vivía una pobre familia que únicamente tenía un burro muy tozudo llamado Pelete.
Un día, Faustina regresó del pueblo de hacer la compra semanal, y le comentó a su marido Bartolo:
-Vengo muy preocupada, se está comentado por el pueblo que hay un grupo de bandidos que pasan las noches asaltando casas. Tengo mucho miedo de que intenten saltar a nuestra casa, pues no tenemos nada para defendernos.
-¿Quién ha dicho eso? Si tenemos a nuestro burro Pelete, él nos podría defender perfectamente. -Respondió Bartolo.
La mujer, en tono de burla le dijo:
-¿Un simple burro? No me lo creo…
Una noche de primavera, mientras la pareja se encontraba durmiendo, un ruido les alertó de que alguien estaba intentando acceder a su casa. La mujer se temía lo peor, pero fue un poco calmada por su marido.
Cuando los ladrones intentaron pasar a la cuadra donde se encontraba Pelete, y observaron al animal, uno de ellos que era el más prepotente decidió ser el primero. Una vez a su lado, el burro comenzó a dar patadas hasta dejarlo en el suelo, sin que el joven pudiera reaccionar y defenderse.
-¡Socorro!, este burro es muy tozudo- gritó el ladrón.
Pasó el siguiente y le ocurrió lo mismo y, finalmente, al último le sucedió lo mismo también.
Los tres salieron completamente heridos, con mucho dolor y con miedo.
Justo en ese instante aparecieron las autoridades, que habían sido llamadas por la pareja de la casa. Pudieron arrestar a los ladrones para que dejaran de cometer esos delitos.
A partir de ese mismo momento, Faustina dejó de tener miedo y le dio la razón a su marido. Bartolo le dijo que aunque ella no lo supiera, él lo había adiestrado durante todos estos años para este tipo de ocasiones.
REFLEXIÓN:
“La verdadera fuerza no siempre está en lo más grande o lo más evidente”.
FIN
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