Un joven agricultor y su vespino
- José Luis García
- 1 abr
- 2 Min. de lectura

Nos situamos en época de verano. Arturo, un joven agricultor, después de estar todo el día en su campo trabajando, se dispuso a volver a casa con su moto Vespino. El camino de retorno a casa era un tanto complicado, pues contaba con muchas curvas y a menudo escasa visibilidad, por lo que al llegar a una curva muy cerrada del camino, observó cómo un camión de grandes dimensiones se encontraba prácticamente fuera del mismo.
Arturo no se lo pensó dos veces y paró la moto en seco:
-“¿Qué le ha ocurrido señor?”- preguntó el joven.
-“Pues me disponía a volver a casa con mi mujer e hijos y me he encontrado con esta curva tan cerrada, llovía muchísimo y el camión ha derrapado en el agua.” –le contestó asustado- “Por casualidad, ¿no irás al pueblo? Pues me harías un gran favor si pides ayuda por allí para poder sacar el camión.”
Arturo, que era un joven muy dispuesto y valiente, no se lo pensó dos veces y le dijo:
-“¿No tendrá usted cadenas en el camión? Pues de ser así sáquelas, las pondremos en el camión y en la moto, y me subiré a ella para tirar del camión.”
El camionero no pudo disimular la risa ante tal locura que el joven acababa de decirle:
-“¿De verdad piensas que con tu Vespino podrás sacar mi camión?”
El joven no le prestó atención a ese comentario y volvió a insistir para que sacara las cadenas del camión. Después, se dispuso a arrancar el Vespino para tirar del camión. No fue nada fácil, pero a lo largo de unos minutos y para sorpresa del camionero, el camión se colocó nuevamente en la carretera.
-“Chico, me has dejado alucinado. ¡Vaya moto tienes!”
-“No piense usted que ha sido tan fácil, he tenido que pedalear mucho para poder sacar el camión”.
El camionero le agradeció al chico por su enorme gesto y valentía, no cualquiera se hubiera atrevido a sacar un camión con un Vespino. El conductor del camión se fue reflexionando sobre nunca más subestimar a nadie sobre nada y menos a aquel que lo único que quiere es ayudar.
REFLEXIÓN:
En la vida, a menudo pensamos que necesitamos recursos ilimitados o grandes habilidades para superar los obstáculos. En este caso, la moto, aunque fuera más pequeña y aparentemente más débil que el camión, ha demostrado que con una correcta actitud y una gran valentía se pueden superar los obstáculos del día a día.
FIN
Comentarios