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Un pequeño pueblo con miedo a los espíritus

  • Foto del escritor: José Luis García
    José Luis García
  • 22 ene
  • 2 Min. de lectura

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En lo alto de una montaña, se  encontraba una pequeña población, desde donde se podía ver una llanura en lo más bajo de la misma. Esta no era una llanura cualquiera, ya que los mayores del pueblo contaban que anteriormente tuvo lugar una guerra donde habían muerto muchas personas, que desgraciadamente se les había enterrado juntos en una fosa común.


A partir de ese día, cada 1 de noviembre se escuchaban muchas voces y lamentos que provenían de ese lugar. Todo el mundo pensaba que eran los espíritus de aquellos que habían muerto, pero nadie se atrevía ni a pasar por allí, causando un terror enorme a toda la población.


Un día, llegó un hombre vestido de negro con la cara y las manos muy blancas que les tendió la mano para poder ayudarles.


-“Ahora que se está acercando el 1 de noviembre, pues pienso bajar hasta este lugar para intentar de poner solución a todo esto” –comentó el buen hombre.


Al ser oído por todos los vecinos, se comenzaron a escuchar múltiples carcajadas puesto que no se creían que este pudiera ayudarles.


-“Pues vamos a acercarnos a esa llanura, pero una vez allí todos os debéis marchar” –sacó un objeto del maletín y comenzó una especie de ritual.  


Inmediatamente, apareció un espíritu:


-“Nosotros solamente queremos que después de lo ocurrido, y de todas las muertes que ha habido, por lo menos se entierren los cuerpos decentemente, cada uno en su tumba dentro de un cementerio y  que cada año al llegar este 1 de noviembre, se lleven flores a los difuntos y se realicen sus respectivas misas”.


 Al volver este señor, les comunicó a los vecinos lo que este espíritu le había dicho. Todos quedaron alucinados al escuchar lo que este señor les decía, pues les costaba creer lo que les estaba contando.


Con el paso del tiempo, consiguieron finalizar la construcción del cementerio, sacaron los cuerpos y los enterraron a cada uno en su tumba. A partir de entonces, todos los años cuando llegasen esas fechas acordaron llevarles flores y realizarles misas.


La situación había cambiado, hasta los lobos que ya no bajaban a la llanura ahora sí lo hacían, y  para sorpresa de estos un día se volvieron a encontrar con este hombre de nuevo, y nadie dudó en agradecerle todo lo que había solucionado, ya nadie tenía  miedo de bajar a ese lugar. No obstante, el hombre les propuso volver a la llanura para comprobar si todo se había solucionado. Volvió a sacar un objeto extraño del maletín y comenzó el ritual, mirando a los ojos a todos los presentes para que se alejaran.


Finalmente, ningún espíritu apareció, comprobando así que todo había vuelto a la normalidad y por este motivo pensaron que ya se encontraban en su merecido descanso. La tarea del hombre ya había finalizado, y estos podrían volver a llamarle si lo necesitaban.



  REFLEXIÓN:

“Esta historia trata sobre la importancia de rendir culto a nuestros seres queridos, para que estos puedan descansar en paz”


FIN

 
 
 

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Sobre mí

La historia de José Luis García es un blog dedicado a compartir las experiencias y vivencias de una persona real, llenas de ejemplos de superación, contadas de forma amena y cercana. Acompáñanos en este viaje lleno de emociones y aprendizaje.

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