Una mujer llamada niebla

Hace ya algún tiempo, en un lugar cercano al mar, se rumoreaba la aparición de una joven en el horizonte de la playa, pero se consideraba un rumor como otro cualquiera.

Un grupo de jóvenes amigos tenían la costumbre de jugar al fútbol cada viernes después de clase, independientemente del tiempo que hiciera; y a pesar de la conocida aparición de una mujer y el aviso de sus padres. No obstante, estos decidían no obedecer y seguir disfrutando de su juventud.

Una tarde bajó la niebla y el cielo cambió drásticamente de color. Una extraña joven que vestía unas ropas andrajosas se acercaba sigilosamente a la orilla mientras los chicos la observaban con mucho miedo, pero decidieron preguntarle tímidamente:

-Buenas tardes señora, ¿le podemos ayudar en algo?

La joven se dio media vuelta y se marchó corriendo desapareciendo entre el horizonte, como si de un espíritu se tratara. Todos se fueron para casa sin creer lo que acababa de ocurrir y otro de los días que se volvió a formar la misma niebla pudieron observar de nuevo la presencia de esa misma mujer, a la cual le volvieron a realizar la misma pregunta y obtuvieron la misma respuesta.

Esta vez si que decidieron contar lo ocurrido a sus padres, los cuales no podían creer lo sucedido, pensaban que eran simplemente un par de amigos que bien querían llamar la atención o que incluso habían confundido esa aparición con un animal marino. Aun así, estos  padres comenzaron a acompañar a sus hijos las tardes de los viernes y fueron pasando los meses sin observar nada raro, hasta que un día en ese mismo lugar, la niebla volvió a aparecer acompañada de la misma joven.

Los padres pensaban que sus hijos se estaban burlando de ellos. Comenzaron a ponerse muy nerviosos y volvieron a realizar la misma pregunta que sus hijos habían formulado en un par de ocasiones ya. La joven volvió a darse media vuelta y a salir corriendo, como si tratara de huir de algo.

Pasaron las semanas y seguían sin noticias de la mujer niebla; o así era al menos como ellos le llamaban. De repente, un día volvió a aparecer y  al encontrarse todos estos hombres en ese lugar la chica llamó a uno de ellos para que se acercara, y con una voz un tanto peculiar le suplicó que le ayudaran para dejar de ser la mujer niebla. Para ello, necesitaban realizar una especie de ritual en forma de pentágono, sujetando unas antorchas y emitiendo la siguiente frase: “Espíritu de niebla, de sombras y vientos, te llamo desde la tierra para que tu esencia se haga carne y que tu alma reciba forma y vida”.

Desde el cielo se observó un fuerte destello y nadie más recordó lo que sucedió después. Ningún ciudadano volvió a comentar nada sobre esa misma presencia, incluso ellos mismos dudaban de si realmente la habían podido ayudar, hasta que para sorpresa de todos, uno de esos días pudieron ver una inscripción en la que se podía leer lo siguiente: “siempre estaré eternamente agradecida por la ayuda que me otorgasteis, pues no sabéis la de décadas que llevo intentando que alguien sea capaz de ayudarme, pero todos me miraban con desprecio y miedo, nadie era capaz de ponerse en mi lugar y escucharme, aunque fuera tan solo por un par de minutos”.

REFLEXIÓN:

“Haz el bien sin mirar a quién. En muchas ocasiones, aunque a simple vista parezca que no necesitan ayuda, debemos preguntar y escuchar a las personas porque muchas veces nuestra ayuda y consejo puede ser un aliento para las personas que están pasando un mal momento.”

FIN